Me gusta la Navidad. Hay quien dice que conforme uno se hace mayor pierde parte de su magia, pero a mí aún no me ha ocurrido. Me gusta ver cómo todo se transforma (un poco) por medio de las luces o la decoración. Me gusta también por los preparativos, los adornos, y en especial los regalos que no tienen por qué ser un desembolso muy elevado de dinero.
Eso es precisamente lo que me hace reflexionar ahora. Es evidente que cada vez podemos gastar menos, pero creo que a la vez eso hace ponerle más ilusión y cuidado al detalle que queremos ofrecer. En los últimos años tengo la sensación de que cada vez contaba más el valor económico de lo que se regalaba, en lugar de poner parte de nosotros en ese regalo. Yo estoy más a favor de los detalles, en especial de lo que se hace pensando expresamente en su destinatario. No siempre tenemos tiempo para crear al completo un objeto con nuestras manos, pero si pensamos bien siempre podemos encontrar algo que puede ser del agrado de la persona a la que queremos regalar y económicamente asequible para nuestro bolsillo.
Como suelo hacer cuando se acercan estas fechas, estoy mirando cajitas para presentar los regalos e ideas para decorarlos, como estas que he encontrado en esta web:
En una próxima entrada pondré el resultado y algunas ideas de los regalos que voy a hacer.
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